Un macroestudio sobre los efectos en la salud del calentamiento global avisa del riesgo de brotes de dengue, chikunguña y zika también en los países desarrollados.
Desde 2016 un grupo de instituciones internacionales e investigadores analizan cada año el impacto del cambio climático en la salud global. Lo miden a través de 44 indicadores. Todos están empeorando, concluye la última edición de este estudio —The Lancet Countdown— que se difunde este jueves. Entre los peligros que se han detectado está el del aumento de la incidencia de determinadas enfermedades infecciosas vinculadas históricamente a los climas tropicales. “Aunque el desarrollo socioeconómico, las intervenciones de salud pública y los avances en medicina han reducido la carga mundial de la transmisión de enfermedades infecciosas, el cambio climático podría socavar los esfuerzos de erradicación”, advierten los científicos.
El estudio señala que la “posibilidad de que surjan brotes de dengue, chikunguña y zika es cada vez mayor en países con un índice de desarrollo humano muy alto, incluidos los países europeos”. “La posibilidad de que surjan infecciones por malaria está aumentando en las zonas montañosas más frías de los países que cuentan con un índice de desarrollo humano bajo”, señalan los expertos. Además, “las costas del norte de Europa y de los EE UU se están volviendo más propicias para generar las bacterias que producen gastroenteritis, infecciones graves de heridas y sepsis”. Y, en los países con recursos más limitados, el cambio climático “pone en riesgo décadas de progreso hacia el control o la eliminación de estas enfermedades”.
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