Investigadores del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) han detectado por primera vez la presencia del virus Sindbis en la Península Ibérica, en mosquitos capturados en diversas localidades de las provincias de Málaga, Sevilla, Huelva y Cádiz.
Este virus, perteneciente al género Alphavirus, circula principalmente entre aves y puede afectar esporádicamente a los humanos cuando un mosquito infectado pica a una persona. Aunque la mayoría de las infecciones son asintomáticas, puede provocar síntomas como fiebre, erupciones cutáneas, dolor articular y cefaleas.
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Un hallazgo inesperado
El descubrimiento del virus se produjo de manera casual durante el control rutinario de la Fiebre del Nilo Occidental, otro virus endémico en España que ha causado brotes en los últimos años. En un estudio genómico realizado en el Centro Nacional de Microbiología, los investigadores detectaron la presencia del virus Sindbis en muestras de mosquitos analizadas.
A partir de este hallazgo, se inició un trabajo de investigación más amplio, analizando un total de 31.920 mosquitos capturados en 2022 en Andalucía occidental. El virus Sindbis se detectó en 137 lotes (11,92%) y en cinco especies de mosquitos diferentes, siendo Culex perexiguus la especie con la mayor tasa de infección.
Un virus con presencia en Europa y África
El análisis genómico de las cepas detectadas en España reveló que pertenecen al genotipo I, previamente identificado en otras regiones de Europa y África. Aunque es la primera vez que se detecta en la Península Ibérica, los investigadores sospechan que el virus podría haber llegado en 2017 a través de aves migratorias procedentes del norte y centro de África.
Implicaciones para la salud pública
El virus Sindbis ha provocado brotes en países como Escandinavia y Argelia, lo que subraya la importancia de seguir investigando su posible expansión en España. Según el investigador Jordi Figuerola, este hallazgo refuerza la necesidad de implementar estrategias de control y prevención de mosquitos para reducir el riesgo de transmisión a humanos.
Las medidas recomendadas incluyen:
Uso de mosquiteras en ventanas y puertas.
Eliminación de aguas estancadas en el entorno de las viviendas.
Tratamiento adecuado de piscinas y depósitos de agua para evitar la proliferación de larvas.
Programas municipales de control de mosquitos, con tratamientos biológicos en zonas urbanas y agrícolas como arrozales.
Uso de repelentes de insectos, como los desarrollados por Glycoscience, para reducir el riesgo de picaduras y prevenir la transmisión de enfermedades.
Desde Glycoscience, seguimos comprometidos con la innovación en repelentes de insectos y soluciones biotecnológicas para la prevención de enfermedades transmitidas por mosquitos.
Fuente: El Mundo.
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